domingo, 4 de septiembre de 2011

42 Años de Servir a la Ciudad de México

Un día como hoy hace 4 décadas y 2 años algo que mucha gente de esa época no se lo imaginaba y que hoy es lo más común que puede haber en una enorme ciudad como La Ciudad de México era la inauguración de un sistema Metropolitano.

Este sistema compuesto de Trenes, rieles, estaciones, líneas, íconos, etc. Todo lo que uno se puede imaginar ocurre en este extraño pero a la vez maravilloso transporte. Muchos usuarios que lo utilizamos día con día hay algunos que no solo lo vemos como un simple sistema, es mucho más que eso; nosotros los denominados “Metroaficionados” se ha convertido él en nuestra pasión que ha llegado a ser tan grande que hay parte de algunos que diseñan nuevas (y excelentes) líneas con todo y su simbología, ya que nos preocupa que más gente prefiera usar el Metro que otro medio de transporte debido a que es la columna principal de una Ciudad.

Nuestro Metro, es más que eso, el Metro es un mundo y a la vez una ciudad bajo otra, quien no ha visto los tesoros que llega a tener como por ejemplo la pirámide de Pino Suaréz o el Mamut de Talisman, los eventos culturales que ahí se encuentran desde un concierto de Rock hasta presentaciones de poesía sobre los vagones; nuestro Metro desborda más que historia, miles y miles de historia se cuentan entre las estaciones, tanto buenas como malas quedando en la memoria de los únicos testigos silenciosos que puede haber: Los Trenes del Metro.

Este sistema, se ha vuelto una obsesión para mí, un estilo de vida bastante extraño. A pesar de no ser paste de él (pero lo deseo a más no poder serlo algún día) trato de sentirme como si en realidad lo fuera; no hay día que no piense en él, me encuentro sobre un largo pasillo en el que solo lo veo pasar con una mirada fija y silenciosa como el verdadero Dragón que es, que no espera a nadie y siempre viaja de un lado a otro de la Ciudad caminando sobre sus “Salones de Mármol” ante el tumulto de gente que lo espera. Tanto ha sido para mí que por esa razón me volví Dragón para sentirme como él, por eso todos los días mi vestimenta es de ese color (muchos en la escuela lo han notado xD) y también como me di la tarea de resguardar los íconos, a ellos ni muerto los pienso dejar.

Pero como pasa en todo siempre existe un contraste, debido a aun siendo el STC un organismo público, un simple mortal no puede ser parte de él, a menos que uno tenga un familiar laborando ahí (siento que es una cuestión muy discriminatoria). Muchos de nosotros nos gustaría ganarnos el pan de cada día laborando ahí, pero por esa simple cuestión nos hacen a un lado, pero cambiando de tema, el Metro ha ido decayendo conforme pasan los años ya sean los usuarios, el gobierno o incluso sus mismos trabajadores que este se ha visto en una serie de problemas y “desastres” que han optado por otros simples y corrientes sistemas de transporte (como el de Insurgentes); hay días en los que incluso no dejo de ver malas noticias acerca de la falta de mantenimiento, vendedores ambulantes, mal funcionamiento, lento avance, entre otras cosas pero a pesar de todo esto yo tengo la esperanza de que todo esto cambie; el problema no es solo el mal mantenimiento que le dan o las mafias de vendedores ambulantes que existen dentro, sino también los mismos usuarios tenemos la culpa ya que no lo respetamos y cuidamos como debe de ser, como usuarios nos falta cultura al viajar sobre sus instalaciones, no por nada está el letrero de “ANTES DE ENTRAR PERMITA SALIR” ¿cuál es la necesidad de rallar o estropear algún cristal, pared o cualquier instalación del Metro? Hay personas que nos gustaría que nuestro metro sea (aunque solo sea un sueño difícil de realizar) como el de Londres, París, Madrid o Moscú: extensos, limpios y con una verdadera cultura ciudadana.

Pero como Dragón el STC tiene sus contras y pros, belleza y fealdad excéntricamente equilibradas por eso fue, es y seguirá siendo uno de los Mejores Metros del Mundo.


Trenes que en su línea y en la estación
Marchan en las vías con el corazón
Desde que amanece y al ponerse el Sol
Un Dragón Naranja el cual se marchó.
 

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