El tiempo es siempre, algo inevitable, siempre va caminando sin detenerse, haciendo que las manecillas del reloj den una infinidad de vueltas durante toda la eternidad.
De la misma forma se encuentran los calendarios que día a día veo desprenderse hoja tras hoja como un árbol deshojándose por el intenso frío invernal.
Ya es tiempo que algunos de mis problemas (acumulados en los años 2008, 2009 y 2010) sean enterrados en la caja del olvido, tratando de comenzar el año que viene con la pata derecha y con buenos propósitos de lo que espero y deseo del 2011.
Desempolvaré los adornos navideños al = que los buenos recuerdos olvidados para poder relajarme en estos días agonizantes (por fortuna) del 2010.
(Hace tiempo que ya no escribía estas anécdotas y relatos; seguiré escribiendo mis tragedias y desgracias para poder olvidarlas para siempre).
De la misma forma se encuentran los calendarios que día a día veo desprenderse hoja tras hoja como un árbol deshojándose por el intenso frío invernal.
Ya es tiempo que algunos de mis problemas (acumulados en los años 2008, 2009 y 2010) sean enterrados en la caja del olvido, tratando de comenzar el año que viene con la pata derecha y con buenos propósitos de lo que espero y deseo del 2011.
Desempolvaré los adornos navideños al = que los buenos recuerdos olvidados para poder relajarme en estos días agonizantes (por fortuna) del 2010.
(Hace tiempo que ya no escribía estas anécdotas y relatos; seguiré escribiendo mis tragedias y desgracias para poder olvidarlas para siempre).
1 comentario:
El título me es tan... nostálgico...
Quisiera disfrutar nuevamente del frío...
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