jueves, 28 de octubre de 2010

De Joven a Dragón

El joven que comenzó a escribir estas historias; hoy está muerto… enterrado bajo los rieles de la línea B, la línea que él vio nacer, y ahora, gracias a “K” y que se lo agradezco en el alma; he nacido yo (Dragón Naranja). De su cuerpo, de su alma, del corazón de él, se desprendió una mariposa Monarca del tan mencionado color impregnado en cada una de estas palabras otorgándomela para continuar con esta afición, que seguramente seguiré relatando.

Comencé a nacer, gracias a fragmentos de mi tiempo y espacio otorgados por la enorme Ciudad de México, cada parte de mí, es una razón de mi vida:

Las tan mencionadas alas que al joven que le habían otorgado ya estaban rotas, así decidí robarle al Ángel de la Independencia las suyas, con algunas pequeñas modificaciones. En mi interior, la mayoría de mis huesos son de esa imagen tan representativa de los primeros días de Noviembre: La Catrina, e imaginándome que cada una de mis costillas es una marimba retocando al paso del subsuelo de la Metrópoli.

Mi corazón es una piedra volcánica otorgada por los grandiosos Volcanes: Popocatépetl e Iztaccihuatl; el cual se volvió frio y duro por fuera, pero aún sigue cálido e incandescente en lo más profundo de él. Algunas de mis garras son del águila del escudo nacional y otras cuantas de los guerreros Jaguares caídos durante la Conquista Española de donde se desprende mis apellidos, de misma manera los colmillos de la serpiente que sujeta el águila. Mi alma, es parecida a un alebrije, lleno de un sin fin de colores que fueron robados de todas las líneas de STC, pero al igual que yo, esta no se deja ver de los demás.

Mi pensamiento es una estrella de color blanco que arranqué de las horribles manos del Politécnico, evitando que manche “su limpio Fulgor” y para ello la lancé a los cielos para tornarse Naranja y para ser resguardada en la Constelación de Dragón para quedar intacta.

Los cuernos que poseo, se los arranqué al mismísimo diablo, para mi resguardo y protección; también, mi pelaje rizado se lo despojé a Tlaltecuhtli representando en mi a un ser endemoniado (pero solo de apariencia); la luz capturada en mis ojos fue sustraída de aquellas lámparas brillando en la oscuridad de los húmedos túneles; el color de mi piel (esto es lo más obvio) fue sustraído de los principales Dragones que rondan los suelos de la Ciudad: Los Trenes del Metro.

La creatividad la poseo de una pintora mexicana; irónicamente en las cejas XD, aunque… no sé por qué pero algo me dice que poseen vida propia O_O; Frida que es la ceja izquierda es la que más se exaspera y Kahlo que es la derecha tampoco se queda atrás :/ y también conservo las letras de Sor Juana Inés de la Cruz en la garra Izquierda.

Pero una cosa me falta en ser raramente anunciada, poseo la locura de Carlota; emperatriz que siempre vio un Imperio Mexicano perfecto y Prospero, pero como sucede en la mayoría de los casos solo es una simple demencia de este peculiar Dragón.

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